Estamos celebrando, con nostalgia, 37 años de la promulgación de la constitución de1979. Carta magna, que para su tiempo, ya era de avanzada en materia de derechos humanos, sociales y políticos. Contraste con el régimen económico, que desgraciadamente arrastró los vicios del estatismo velasquista. 

Hoy en día, que se discute la mentada Reforma Política, se invoca instituciones deaquella carta magna, como el bicameralismo. La instauración pronta de un senado podría ser la salida a una inminente época de bloqueo político. Estamos ante una situación sin precedentes, un partido de gobierno con dieciocho escaños (tercera fuerza, considerando aun a sus invitados) y al partido que perdió la segunda vuelta con una mayoría absoluta de la cámara (73 parlamentarios), aun con la sangre en el ojo por la derrota, y sin señales de entablar un diálogo por el país. 

Nunca se han podido juntar tantas condiciones políticas para llevar a cabo una rápida reforma constitucional que restituya el Senado. Por un lado, un fujimorismo que creció durante los últimos años, entre otras razones, por marca bien la cancha de su oposición, frontal y con retórica popular, que se encuentra en la paradoja de optar por el obstruccionismo (con lo que tendría una ola mediática que los satanice), o ser una oposición “responsable” y co gobernar, desde el parlamento (hecho que lo confundiría en la dinámica oficialista, nada popular), con una segunda cámara, podrían soplar la pluma hacía allá y seguir en la dinámica que tan rentable le ha resultado hasta el comento. De otro lado, el partido de gobierno, con la resaca de una victoria y la vigencia de una luna de miel política (propia de cuando se inicia un nuevo gobierno), urgido de establecer un contrapeso político al rodillo naranja de Fuerza Popular. Asimismo, tenemos a una izquierda con ganas de facturar más presencia política y posicionar a su lideresa en mejor posición que el ausentismo mediático. Finalmente, el APRA y AP con necesidad de revalidar su vigencia en la escena política (herida por los resultados del 10 de abril), nada mejor que ampliando su presencia en un fuero como la cámara de senadores.