La captura de Martín Belaunde Lossio es un hecho que debe alegrarnos, pues reivindica a la moral de un país, que observa llegar, enmarrocado, al operador de una mafia que había tomado el erario nacional como un botín. Miles de millones de soles fueron los que Martín Belaúnde manipuló mediante las leyes del presupuesto del año 2012 y 2013, todo ello con la complicidad de los Presidentes del Congreso y de la Comisión de Presupuesto del mismo parlamento, además de la pareja presidencial como principales cabecillas de esta banda, todo ello conocido como el “Caso Antalsis”. 

Sin embargo, los involucrados en ese caso pueden respirar tranquilos. La situación de Martín Belaúnde sería de extraditado, ello quiere decir que sólo podrá ser procesado en el Perú por aquellos delitos por el que se solicitó a la Corte Suprema Boliviana. Es decir, Martín Belaúnde Lossio sólo sería procesado por el “Caso La Centralita”, Caso que involucra al ex Gobernador Regional de Ancash, César Álvarez, ex funcionarios de Ancash y un par de congresistas. Sin embargo, no olvidemos los aportes nada santos de Álvarez a la campaña de Ollanta, y sus vínculos políticos.

El plato de fondo (Caso Antalsis) debe esperar a una solicitud de ampliación a las autoridades Bolivianas para su procesamiento. He ahí dónde radica una tenue tranqulidad, con aroma a negociación, en Palacio. A horas de que Nadine Heredia acuda a la Comisión “Belaunde Lossio”, esta captura alivia la tensión de dicha citación, y le permitiría a la pareja presidencial negociar impunidad a cambio de beneficios penitenciarios para su socio.

Por qué creen que desde un representante Primer Ministro, hasta el Procurador Segura se han constituido presurosa y acomedidamente en Bolivia para que no se caiga la divina extradición que deja en estado de impunidad a Palacio de Gobierno?

No hay duda, que por el momento Palacio grita “Ampay me salvo!”